Como nutricionista de salud pública, estaba entusiasmada de trabajar con el amaranto porque muchas personas estaban pidiéndome un consejo sobre cómo cocinar con este súper alimento ¨recién - descubierto¨. Después de todo, es libre de gluten!! Mi primer intento fue muy frustrante. El amaranto se parecía muchísimo a la quinua por lo que traté de cocinarlo igual que a los otros granos. El resultado que obtuve fue una masa pegajosa.
Empecé experimentando diversas formas de trabajar con él. Aprendí a reventar el amaranto (a pesar que es muy fácil comprar amaranto reventado comercialmente). También empecé a trabajar con la harina de amaranto. Lo que la mayoría de personas hacen es añadir una pequeña cantidad de harina de amaranto a la harina regular en las recetas, pero yo quería ser capaz de apreciar su sabor (almendrado, ligero, emblemático) y aprovechar la alta calidad de su proteína. Tenía la esperanza de crear algo usando harina de amaranto puro y lo hice! El resultado: un ¨pan¨ dulce extremadamente rápido y saludable de preparar. Es saludable no sólo por el uso de harina natural de amaranto pero también por la pequeña cantidad de margarina y azúcar (La receta a seguir en el blog).
Entonces, gracias a una consultoría con OXFAM Italia, trabajando cerca de Ibarra, en el norte de Ecuador, aprendí sobre el profundo significado del amaranto en las culturas indígenas. Antes de la llegada de los colonos a América, el amaranto era un importante alimento para los rituales. Las mujeres lo cocinaban con una pequeña cantidad de agua para producir una masa pegajosa. Esculpido en réplicas de dioses, se lo comían y compartían entre los vivos. El ritual sagrado era una comunión, de comer a los dioses. Tal cual nosotros los seres humanos estamos vinculados.
Con OXFAM, probé diferentes maneras de preparar tanto el amaranto regular, una semilla de color crema, y también el amaranto negro (en la foto arriba, es la planta en mi jardín), que se cocina de manera diferente al regular. En Ecuador, el amaranto negro proviene de la misma planta (¨ataco¨) que da el color y sabor característicos de la ¨colada morada¨. En el resto del mundo, el amaranto de color crema es más común.
Estoy emocionada de haber tenido la oportunidad de trabajar intensamente con ambos tipos de amaranto para poder compartir mis descubrimientos con ustedes. En las próximas semanas, compartiré varias recetas que he descubierto y desarrollado durante mis aventuras con el amaranto. Manténgase al tanto.
Como una nota al margen, trato de no enfocarme específicamente en los ¨súper alimentos¨. Ningún alimento, sin importar su alto valor nutricional, puede mejorar significativamente nuestra salud. La diferencia se marca al comer y disfrutar de una variedad equilibrada de alimentos frescos y reales. Y esto es lo que espero compartir con ustedes.